proyecto ecoescuela

Tenemos solo un sencillo propósito, el de colaborar en salvar el planeta que nos acoge.

Una bonita idea

Que los más jóvenes tengan la oportunidad de defenderse del desastre climático, es lo más importante que podemos hacer por ellos.

Los estudiantes plantan árboles

El Proyecto Ecoescuela es una gigantesca iniciativa en la que ya hay miles de personas y cientos de centros educativos trabajando para luchar contra la deforestación de nuestro planeta.

Proporcionamos a los centros escolares las herramientas necesarias para que cada estudiante de su centro escolar plante un árbol con el que, pasado un tiempo, el mismo reforestará un bosque que haya sufrido un incendio forestal.

No hacer nada es sin lugar a dudas, más sencillo, colaborar para luchar contra la degradación de nuestro planeta, no es fácil, ni rápido y ni siquiera es seguro que consigamos cambiar la tendencia de autodestrucción de los seres humanos, pero alguien debe empezar y ¿quien mejor que los que más sufrirán la devastación climática para hacerlo?.

FORMAS DE PARTICIPACIÓN EN PROYECTO ECOESCUELA

Materiales que se reciben cuando se participa en el Proyecto Ecoescuela

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Los planes para proteger el aire y el agua, lo salvaje y la vida silvestre, son de hecho planes para proteger al ser humano.

—Stewart Udall.       

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Última oportunidad

Según la ONU, solo nos queda una década para ayudar.

Según la ONU, estamos ante la última década antes de que se descontrole el clima  de manera impredecible y que nuestros esfuerzos dejen de ser útiles.

Por lo tanto, tenemos 10 años, 3.650 días en los que podemos hacer muchisimas acciones y  la más importante de todas es enseñar a nuestros pequeños a cuidar de nuestro planeta de forma áctiva.

El cambio de paradigma que necesitamos ya, es que los jóvenes sean una fuerza global.

El Proyecto Ecoescuela es un método que ayuda a los alumnos a luchar contra este desastre que tanto condicionará su vida adulta de forma muy negativa.

Estos jóvenes, a los que se les llama ahora de forma despectiva «la generación de cristal», en realidad tendrán que hacer dos cosas que nunca ninguna otra generación ha hecho, la primera salvar un planeta y la segunda unirse como fuerza para que siga existiendo vida en nuestro mundo.

Ya son muchos los ejemplos de estudiantes que están ayudando a salvar vidas, por ejemplo en Bangladesh, uno de los países más pobres del mundo, cada anciano impedido tiene asignado a dos estudiantes voluntarios para que, en caso de huracán, acudan a ayudar a esa persona y no muera ahogada en su propia casa.